Sembradora de Árboles
Blog Personal de Laura María Morales
viernes, 24 de enero de 2025
sábado, 21 de diciembre de 2024
Solsticio Casero
lunes, 3 de junio de 2024
Chorote según Laura María Morales
En mis andanzas cacaoteras y chocolateras, he estudiado muchas fórmulas y especificaciones sobre cómo trabajar nuestro cacao y chocolate, todas con matices europeos, y orientadas hacia la chocolatería fina, pero muy poco, o nunca, se hace referencia a los aportes culinarios de nuestros ancestros en las zonas cacaoteras; apenas, se mientan entre pasillos, y de manera displicente, como si en ellas no hubiera un valor hermoso que amerite ser difundido.
El trabajo artesanal con el cacao, es una labor, casi que exclusiva de las mujeres, que en silencio persisten en continuarla. No obstante, parte de nuestra población ha tenido alguna experiencia con las bolitas de cacao, las de chocolate con especias y el chocolate espeso, sobre todo, en las fiestas tradicionales como la Cruz de Mayo, donde las manifestaciones culinarias propias de las zonas en torno a las plantaciones de cacao, se muestran en su esplendor, en ellas la gente expresa todo su afecto a dicho fruto, mediante la preparación de estos alimentos.
Para el año 2019, en un encuentro en ocasión a los dos años del Proyecto Diseminando Cacao en patios y konukos de Venezuela (EPATU KONUKO/TRUKEKE), el ingeniero Wilfredo Herrera nos mencionó el Chorote, y nos habló generalidades sobre como lo hacían los antepasados por Mérida, si bien, no hay una receta de esta bebida, se estima, que entre sus ingredientes, estaban el cacao, maíz y especias.
Mucho antes de saber del Chorote, yo preparaba una bebida con los ingredientes antes mencionados, más onoto y ají picante, y que he realizado muchas veces en mi casa, también la he compartido en actividades en mi comunidad, así como en un Festival Mundial de Poesía en Caracas por el 2018.
Luego, en conocimiento del Chorote que nos comentó Wilfredo, interpreté lo que a mi entender sería un Chorote en la actualidad, por lo que les comparto mi receta.
Extiendes en una mesa los siguientes ingredientes: Un litro de agua, Especies de tu gusto guayabita, clavito, canela, media cucharadita de onoto molido, o en su defecto como dos mazorquitrtas de onoto entero, dos ajíes chirelito o un pelín de chikirimak (ají picante deshidratado al sol), 30 gramos de pasta de cacao, 30 gramos de fororo/harina de maíz/almidón de maíz, yuca o papa, sino tienes almidón, un trozo de yuca* como de 250g serviría, finalmante le agregas 125 gramos de papelón o azúcar y una pizca de sal marina.
Pones a hervir el litro de agua, con las especies, onoto y el ají, hasta que todas desprendan su sabor y aroma, apagas y cuelas, para retirar las especias y el ají, vuelves a llevar al fuego, y le agregas la pasta de cacao, el papelón (pudieras obviar el papelón y disfrutar de una bebida amarga) y meneas constantemente hasta que la pasta de cacao se integre, cuando rompa el hervor y la pasta de cacao se haya integrado, le agregas cualquiera de los ingredientes para espesar diluido en unos 100 cc de agua, esperas que romper el hervor y espese, apagas retiras del fuego, y sirves en un pocillo de tu preferencia, yo, la tomo en totuma.
*: El trozo de yuca, lo cortas en pedacitos lo licuas y cuelas, ese será parte del líquido que aportarás a la bebida, recordando que sumando todo debería ser un litro aproximadamente.
Fotografia: Laura Morales (2020)
lunes, 6 de mayo de 2024
Los árboles
Los árboles han Sido mis eternos compañeros, los que me han dado la sabiduría para entender la vida, en cada tramo de ella, he disfrutado de infinitos árboles, como aquellos: tres guayabos, la guanábana y el semeruco que arropaban mi patio cuando niña, o aquella acacia que daba la bienvenida a quien se llegase a la casa materna.
Cerca a nuestra casa, solíamos dar caminatas por la avenida Mérida, donde los inolvidables Samanes, jobos, cedros y apamates la adornaban, y que aunque caminara sola por ella, siempre me sentí acompañada entre sus frondas danzarinas.
Durante mi vida universitaria, me inventé un camino que me.llevaba de los axiomas al bosque, pues estudiaba matemáticas, y me escondía en la frescura arbolada del departamento de biología cada mediodía.
También, he Sido atrevida, y algunas veces, los enlazo con otros amigos arboles, como esa vez que lleve un merey y un taparo, a esa escuela rural dónde solo habían tres árboles de mango, dos bocaitos y un hilacha, ellos fueron felices con esos nuevos amigos, y yo también. Por ahora, me embeleso con mi jardín repleto de bosque de cacao, limón, Onoto y taparas…
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