jueves, 29 de octubre de 2020

Ella

Ella,

una hermosa mujer del Konuko,
de voz firme, manos creadoras, mente brillante,
su cuerpo íntegro, ama la tierra que pisa,
en sus manos la semilla vibra,
las flores le brindan un abanico de colores a sus ojos,
y las aves con su canto asincopado susurran su despertar,
Ella,
que entre silvestres le gusta andar,
asienta que los tuqueques le acompañan en sus noches,
y que los gatos ronronean a sus pies,
Ella,
si,
Ella,
que rompe su ayuno saboreando hojas, y adorna sus platos con flores,
nos sorprende con sus saberes,
si vez sus manos,
pareciesen frágiles como el cristal,
pero con su magistral pinza fina,
un compás jamás titubeará,
al trazar sobre una pizarra o en un papel, una rueda astral,
para luego explayarse a que entendamos la vida a partir de esa matemática que maneja tan perfecta: ángulos, casas, constelaciones, sol, luna, planetas, todo un mundo estelar tan desconocido.
Ella,
la que no se mienta Maestra,
con sus dones nos enseña de la vida, la tierra y el amor.
Por siempre agradecida con Ella: Gloria García Cartaya
01-07-2020





sábado, 17 de octubre de 2020

Amor de Cacao


Fotografía: Chirelito de Cacao de mi Konuko/ Laura Morales

 

Su amor fue orgánico y silvestre como semilla de cacao que riegan araguatos en su andar

Ella era sembradora, él sabía de Cacao

Él, buscó aquel lugar del bosque donde se conjugaban la sombra, la semisombra y el sol preciso, y juntos, colocaron una semilla de cacao, como homenaje a su amor

La semilla germinó y en su búsqueda de luz giro 180 grados, signo de fuerza y templanza de la futura plantita

Fue creciendo entre la espesura que su territorio le brindaba

Se vieron brotar sus hojas atintadas que indicaban su condición silvestre

Y así fue evolucionando hasta que emergió su verticilo

El, que conocía de dicho cultivo, le recomendó hacer una poda, a lo que ella asintió, para que se desarrollara en simetría triangulada

Al año y medio, la plantita dio muestras de hacerse una señorita al brotar unas pequeñitas flores, lo que esperanzaba a los amantes sobre el futuro de la planta, las flores fueron apareciendo cada día más, y ya adornaban su alargado tronco y ramas laterales

A los dos años brotaron chirelitos alegres, un alivio, la planta era autocompatible

Y aunque no cuajaron, era un signo de su madurez

A los tres años y medio, ya era un árbol, de tronco engrosado y altura adecuada, e iniciaba su proceso de fructificación

De repente, una energía desconocida arropó al bosque en forma de un leñador que de un golpe certero talo a la planta al ras del suelo

La habitante del bosque vio como la savia se derramaba entre sus senderos, sintiendo un gran dolor como si le arrancaran el alma

No comprendía lo que ocurría, aunque sabía, que las cosas orgánicas se transforman

Y por eso, dejo en las manos del hada que cuida los bosques la decisión de rebrote o no del cacao, ya que sus raíces quedaron intactas

Mientras, decidió cultivar y cuidar del resto de los árboles y expandir hasta otros confines cada semilla que brotara de las plantas que tenía

De vez en cuando, llega a su mente la imagen hermosa de dicho cacao, y le abriga la nostalgia de  pensar en saborear de sus frutos, sabe que solo el tiempo decidirá qué pasará con ese árbol

De los amantes, no se supo más, pues el nexo que los unía, era esa planta de Cacao

1-09-2020

domingo, 11 de octubre de 2020

Poemas del Reto Poético 1ero al 8 de octubre de 2020 #PoetMeNotLeave

Poema # 1

El encuentro mágico de unas manos

fue el chispazo tangencial

que conectó dimensiones infinitas

que gravitaban en cosmos solitarios.


07-08-2017



Dibujo: Laura Morales


Poema #2

 

Hogar


To to to to to...


To to to to too...


To to to to tooo...




Fotografía: lugares de Santa Cruz, por Laura Morales



Poema #3
Su piel, seca y cuarteada cual desierto, aceptó los designios que le destinaron terminar sus días sin la presencia de vida en sus contornos.
Aunque de vez en cuando, ansiaba ser bañada por un caudal de lluvia que se adentrara en los surcos que el tiempo había marcado en ella
De repente, la lluvia se presentó tímidamente y a cuenta gotas
Tal frescor, le hizo imaginar hermosos parajes reverdecidos sobre su tez
Se entregó al éxtasis que sentía ante cada gotita emanada, hasta que comenzó a despertar y denoto que el verdor solo era imaginario, y reclamó ante la lluvia, ¿Por qué tanta timidez si tienes todo mi territorio para que te discurras en el
La lluvia se excusó diciendo: - es que muchos territorios reclaman mi presencia, y que, ella solo podía satisfacerlos disponiendo de pequeñas dosis a cada uno de ellos
Que entendiera, que no era mezquindad ni desgano, simplemente era eso lo que podía brindarle a su ocre piel
Que convocaría a unas aves a que en un dejo de amor, dispersaran unas semillas, que germinarían, hasta ser árboles que echarían raíces que la abrazarían y cubrirían esos surcos abismales que definían su envejecida tez, y que contara con su silente goteo, que eso era suficiente para que reverdeciera con el tiempo
Así, acordaron convivir, la lluvia prodigando a cuenta gotas el enraizar de esas semillas de esperanza, y ella sintiendo como su piel se convertía en un bosque, tanto así, que se despertaron sus nacientes de agua, y se llegaron animales silvestres, aves, insectos, que convivían en sus parajes alegrando su existencia
Ya no reclamó más a la lluvia, ahora le mostraba su verdor en una especie de obra que ni el mejor pintor del paisajismo podría replicar, la lluvia, viéndola liberada, se alejó y era feliz contemplando a lo lejos, el milagro del reverdecer de la vida.

20-'4-2019



Fotografía: yendo a Casa de
Carmen Isabel Maracara
y Beatriz, por Laura Morales


Poema #4

***E X T E R M I N I O***

“A los Seres de yuca, bata y plátano que habitan una parte del Sur del Territorio Venezolano”
Antes, creías en las Diosas Luna, lluvia y Sol
ahora, en un Dios que te impuso el hombre blanco
Antes, eras konuko
ahora, te alejasteis de la tierra
Antes, seguías el tiempo según te indicaba el firmamento
ahora, te guías por el dios crono
Antes, se juntaban niños, jóvenes, adultos y ancianos
ahora, segmentaron la juntura
Antes, creabas utensilios con tus manos
ahora, compras todo hecho
Antes, tu vasija era una totuma
ahora, un plato desechable
Antes, te alimentabas con casabe, plátano y batata
ahora, solo comes trigo y refinados
Antes, aliñabas tus comidas con hierbas
ahora, con saborizantes artificiales
Antes, eras delgado, de piernas ágiles y dispuestas
ahora, eres obeso, le temes a los caminos y estás cansado
Antes, alegrabas tu espíritu con kachiri
ahora, lo acabas con drogas sintéticas y alcohol
Antes, eras sano
ahora, diabético, reumático, hipertenso y seropositivo
Antes, tus ríos eran cristalinos
ahora, turbios por los tóxicos que emanan de las minas
Antes, tus crías se alimentaban de tu pecho y bebida de plátano
ahora, con fórmulas lácteas y teteros azucarados
Antes, enseñabas tu idioma a tus hijos,
ahora, solo le hablas en español
Antes, tu medicina la daba un curandero
ahora, la buscas en una clínica
Antes, el centro de tu mesa era el Tumak
ahora, una botella de coca cola
Antes, dormías con la noche y despertabas con el sol
ahora, no duermes de noche y eres esclavo en el día
Antes, la entrada a tu comunidad era una gran puerta
ahora, la misma es una puerta que se achica día a día
Antes, vivías para el trascender
ahora, no solo mueres
tampoco, te percatas que te extingues…
PD: No necesitas dispararle a un Ser para que desaparezca, tampoco, bombardear su territorio, con simplemente cambiar su naturaleza, y sus prácticas ancestrales, este, se irá extinguiendo día a día…
Dedicado a la comunidad Pemón Inaway del estado Bolívar, un lugar que conocí en 2006 por labores de docente universitaria, en especial a: Migdalia Delfino y a Rene Miranda, mis primeros amigos de ese Pueblo.
Para ese tiempo, cada familia era un konuko, en los patios se hacía casabe, se preparaba picante con cumache, ají y bachacos, donde todos hacían del Tumak su lugar de encuentro, pues comían casabe mojado alrededor de una olla de sopa con presas de pescado, gallina o báquiro, condimentada con aliños del konuko y una hierba silvestre llamada aurosa.
.



Fotografía: Indígenas de la comunidad Pemón Inaway, estado Bolívar haciendo casabe, por Laura Morales

Poema #5
Un beso/
la vida por el/
que vaya despacito/
tanto/
que desborde mi represa de néctares/
hasta/
elevarme a tu flor convexa/
y/
hacerme polvo con el estallido

21-04-2020



Fotografía: Flor femenina de Auyama, por Laura Morales

Poema #6

CACAO... (Theobroma cacao L)
“mazorquitas danzarinas que se abren a la vida
coquetean al taparo que sombrea a sus madres
y acarician el alma de quien las mira”
Una planta de cacao en nuestro konuko es:
encontrarse con la esperanza,
reconciliarnos con nuestros ancestros,
cultivar en libertad,
amar nuestro Ser,
dar rienda suelta a nuestro poder creador.
Y, tener a la mano
“El alimento de los Dioses”

Septiembre, 2020





Fotografía: intento de selfie con mi planta de cacao N° 2... son tres

Poema #7

Desde algún lugar de mi ciudad Capital, Maracay
Y con el frío arropando mis huesos
Madrugo,
y pienso en la extrema travesía de venir de mi Pueblo a la Capital, que apenas queda a unos 20 Km
Pareciese, viajar a otro país, y por trocha
y es que, entre sortear los riesgos del covid-19, y las circunstancias que aturden a los venezolanos
siento que vivimos en un pandemónium
Junto a la gente, caminé sobre los charcos entre calles anegadas por una lluvia inclemente, oía a muchas personas decir, que había obstrucción de cañerías por falta de mantenimiento
el recorrido se hizo infinito
no se ven distancias,
Solo se piensa en el lugar de llegada
Ya en el destino
Se comparten vivencias
hasta nos reímos por las cosas que nos afligen
también de las que nos alegran
echar el cuentito de como fue el viaje, te hace sentir todo un cronista
Y ¿Cómo va la sobrevivencia?
¿Qué tal por tu casa?
hay tantos en común.
que jamás pondría en duda que:
a tu casa no falte un bombillo
menos, que puedas atrapar la gotera que en su recorrido traza una perpendicular al centro de tu cama
que no obligasteis a intersectar huevos, azúcar, harina, mantequilla y gas pa la tortica de cumpleaños
y ni que decir del bicarbonato y el polvo de hornear
que el flotante de tu poceta no haya pasado a la historia
que hayas aprendido una receta en una cola, la más emblemática pa mi, ha sido la de arepas de calabacín
que hayas cruzado miradas furtivas con algún compañero o compañera de cola del banco, mercado, gasolina, gas, parada…
que te coleastes en un bus por falta de efectivo
que hayas ido con medio cuerpo afuera pa llegar a tu destino
que hayas percibido el aroma de fogones en el bus
que cargues tu porción de plantas en tu cartera por si acaso un resfrío, también papel de baño, y el avío pa compartir el pan entre bolsitas reutilizables de víveres
que en la entrada de tu casa tienes tu botiquín(mechero, velas,yesquero) de primeros auxilios en caso de apagón
que los ceros a tu izquierda, son más que a la derecha
que el día se te pierde en sacar tantas cuentas pa convertir los bolívares a dólar
que ves las empanadas como a vitrina de boutique
que cuando quieres invitar a tus amigos de las redes a un evento, más de un tercio esta fuera del país
que hicisteis, o te hicieron vaca para cubrir una situación de salud
que pa divertir el espíritu, has probao hasta esas guarapas de fructus, yo recomiendo mi chococuy
hay tanto...
Que recordar el vuelo de un papagayo me inspira, y me hace olvidar tanta calamidad.




Fotografía: vuelo de papagayo por estudiantes de la
Escuela Rural Chaguarama
, Caserío Chaguarama Villa de Cura, por Laura Morales

POEMA #8

 

KONUKO
Mis sentidos se activan ante la maravilla de seres que te conforman, plantas, insectos, aves, reptiles, semillas, flores, frutos, hojarasca, luna, sol, planetas, estrellas, constelaciones…
Mi piel, se eriza ante tus múltiples texturas, como el acolchadito y oloroso orégano orejón.
Me embriagan tus aromas, como el que desprende la hoja del tomatico cagón al rozarla.
De ti, aprendí a reconocer el zumbido que a diario me sorprende, del raudo y solitario cigarrón cuando en faena polinizante se dirige hacia la flor del tapiramo.
Que la esperanza es infinita, como el brote que devela la semilla nativa activada y prometedora de vida
Y como olvidarte luna, si tú eres cómplice y culpable de mi amor por el Konuko, a diario, me recuerdas mi esencia lunática y los menesteres de la brega konukera, podar, aporcar, germinar, tareas que realizo con agrado y sin chistar; luna, eres mi guía, te presto atención cuando en días de tu máxima plenitud me indicas, ándate calladita, pues hay muchos locos sueltos.
De ti supe, que lo que llaman maleza, y atacan con herbicidas, no es más que la expresión de tu silvestre condición, gracias a la labor de siembra de miles de seres visibles e invisibles que te habitan. Y no solo son silvestres, también sanadoras, mágicas, alimenticias, recreativas.
Te conozco y reconozco en esos gamelotales que se liberan en ti, y que evocan el recuerdo de cada travesura, como el ¡explota explota! con que jugaba en la niñez, y que con el tiempo supe es la yuquilla que cura piedras en los riñones; que el cundeamor, sana a quienes tienen exceso de azúcar en su cuerpo, pues lo amargo es necesario pa regular tanta dulzura.
Que lo mágico tiene pruebas fehacientes de tu poder, excelentísima y dignísima, Hierba Mora, tan necesaria como vilipendiada, pero que gracias a ti, eres su santuario protector, sino que lo diga cualquiera que haya padecido o estado cerca de la temida culebrilla.
Y pudiera mentar a muchas otras y sus propiedades, pero solo las mencionare someramente para rendir tributo a su existir: miona, verdolaga, diente de león, cadillo pata e perro, la excelsa pira o bledo, una planta ignorada de la cual se ha comprobado es un súper alimento.
Descubrí que no eres rectilíneo, sino una maraña o entramado de libertad, donde quienes te habitamos conocemos cada rincón que te constituye, tanto así, que te elevas por encima de los barrotes de la vida urbana, no luchando contra ellos, sino trepando sutilmente sus rígidos muros, como el estropajo, auyama y tapiramo, o hurgando en sus cimientos como el sanador corocillo.
Contigo, aprendí amar a los responsables de la prolongación de la vida en nuestro planeta: abejas, murciélagos, cigarrones, colibríes, mariposas, hormigas…
A diferenciar la melodía que regalan murciélagos visitantes de las flores nocturnas que te adornan, del canto del tuqueque limpiador.
Me enseñaste que las flores blancas son más aromáticas que las coloridas, que hay flores femeninas y masculinas, también, a querer el gusano grotesco del cual emergerá una hermosa mariposa.
En ti reproduje plantas que me alimentan: tapiramo, frijoles, maíz, cebollín, ají, onoto, lechosa, maní, cúrcuma, jengibre, tody; las que me curan: sauco, libertadora, poleo, malojillo, sangría, salvia, albahaca; y las que me brindan la oportunidad de crear artesanías: lágrimas de san Pedro, taparas, capachos, cacao y estropajo.
Por ello, agradezco tu bondad al recibir en tus entrañas a uno de mis seres amados, el CACAO.
Cuando te recorro, me embeleso con la belleza de tus flores, me embriago con la majestad de tus aroma, manzanilla, hierba buena, pasote, anís, orégano, malojillo, poleo, que siempre me tientan a cocer un rico guarapo pa compartir en familia.
Lo recién develado por ti, fue el “Festín de la Hojarasca”; me revelaste toda la vida que subyace en su inerte apariencia y fría oscuridad, descubrí el banquete que seres pequeñitos como ciempiés, milpiés, cucarachas, caracolas, celebran en rituales de convite, garantizando la continuidad de la vida a través del abono o alimento de la tierra
En definitiva, me enseñaste a perder el miedo a mi esencia natural.
Así, te musicalizo, matematizo, compongo, descompongo, poetizo, dibujo, creo, y me recreo contigo, y en ti…
Por ello, te llevo donde quiera que vaya, con quien comparta, sueñe, cante, pinte, vuele…
Me siento, y soy Konuko …
Abril 2018
Sembradora de árboles







Fotografía: Kayapa en Espiral de Kreación Urbana (EKUF) La "Chakra Tucumana", Municipio Mariño estado Aragua, foto de
Epatu Konuko


Firmamento tapareado

 La Luna y Jupiter, meciéndose entre la fronda del taparo