El Loco y la luna
Sobre el horizonte, se abría un sendero de trayectoria parabólica,
allí,
puntualmente,
cada 28 días se encontraban EL Loco y La luna,
Ella,
lo tomaba de la mano,
El,
se dejaba llevar
y, extasiado por su fulgor y belleza,
casi levitaba en pasos tangenciales sobre ese camino empinado e iluminado por su Diosa
Ella,
solo sonreía.
Al llegar a la altura máxima del sendero
El,
se desataba en caída libre, homenajeando a su luna con danzas, cantos, versos, ronroneos y gritos
Ella,
disfrutaba viendo al Loco liberarse,
y,
le acariciaba suavemente su escaso cabello,
El,
se entregaba a esa caricia,
era tan infinita,
que le aplacaba su locura,
tanto,
que lo hacía desfallecer,
justo,
en aquel lugar del trayecto donde la velocidad se hacía cero,
iniciaba el amanecer,
y así,
Concluía la cita
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