domingo, 14 de marzo de 2021

Ella y La Música

Y ella que era músico,

andaba como sonámbula.

Cierto que podía acompañar cualquier canción,

claro, manejaba la técnica del instrumento,

más no había en ella inspiración,

le daba igual, si tocaba o no,

simplemente,

la musa musical se alejó de ella.

Y es que tanta tristeza,

ahuyentó cada figura musical,

el pentagrama naufragó ante tantas lágrimas,

las notas musicales se perdieron en un infinito océano.

Así andaba ella, 

sin son ni ton,

pero claro,

ella creía que la música la seguía acompañando.

Su vida se convirtió en una partitura de silencios, sin melodías, menos pensar en contratiempos o síncopas.

En ese insondable silencio, decidió andar por nuevos senderos, en ellos, sentía la compañía  de aves y reptiles, que la llevaban hasta unas montañas hermosas, desde donde contemplaba una laguna mágica y el verdor de la tierra fructificando, entre el olor del mastranto y el encontrarse con nuevas personas, le permitió percibir sonidos, que rasgaron el velo de esa sinfonía de silencios que era su vida, y de repente se volvió a sentir acompañada de las notas musicales que sobrevivieron al mar de lágrimas.

Estas, se organizaron en una obra de tres movimientos, que le dieron color y alegría a la vida de Ella.

De ahí en adelante, la música volvió a ser nuevamente su inseparable compañera.

Y ella se asegura que esta no la abandone, portando siempre su cuatro, tambor y maracas.


14 de marzo de 2021





 

1 comentario:

  1. Me agradó tu poema. Cuando el alma se bloquea no hay nada, ni música ni poesía...

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