Es difícil de precisar el momento en el que la ciudad de Maracay entro en estado crítico, apenas, da señales de vida en sus rincones, por donde se alimenta de fluidos corporales, escupitajos, meadas, semen y excrementos, a la vista, pareciera la huella de quien dejó caer boronas mientras daba de alimentar a alguien; dichos recovecos, se adornan de condones variopintos, que dan cuenta de fugaces momentos de intimidad, de quienes ante tanta muerte, siguen manifestando la intensidad del vivir, son esos mismos resguardos, los que muchas veces fungen de dormitorio de infinitos seres anónimos.
A quienes esporádicamente caminamos esos espacios, nos embarga el recuerdo de lo tanto que disfrutamos a la ciudad, los más esperanzados, la contemplan con mirada lánguida, atreviéndose a especular, ¡Maracay puede volver a ser hermosa!, pero, con la desesperanzadora interrogante de: - ¿A quién le toca recuperar todo esto?, mientras, la fetidez da cuenta de su estado mortal, dejando apenas sus vías como arterias y venas para quienes aún la mantienen latiendo al recorrer sus contornos e interioridades.
17 de junio de 2020
Laura María Morales
Fotografías: Imágenes desl 3er Merkatrueke de EPATU KONUKO
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