De las Matemáticas a la Biología... 📐🌱🌳
Construí una trayectoria que me conducía desde los incuestionables axiomas a un
bosque cercano, si bien, se recorría en corto tiempo, el camino era tosco y confuso,
una forma de suavizarlo, fue incluir en ella a un inmortal bambú, sobreviviente de las
quemas por protestas a inicios de los años noventa.
Me centraba en las bondades que el destino prometía, haciendo ligero mi andar, y,
sin jamás perder de vista la meta.
Al llegar al bosque, su frescor me empapaba, sobre todo, cuando el calor del mediodía
agobiaba nuestro recién culminado almuerzo,
En él, se perdía la noción del tiempo, principalmente, cuando el espacio entre el
mediodía y las próximas horas de clases eran largas, allí, una se entregaba a los
brazos de Morfeo, era inevitable, no sucumbir a su sinfonía vegetal.
Tanta tranquilidad, se prestaba para resolver enunciados matemáticos, donde los
teoremas, corolarios y definiciones jugaban entre los senderos del bosque para
darnos luces ante las demandas de algunos problemas matemáticos.
Por lo general, apenas se oían las voces de quienes íbamos a ese lugar, si alguien
se reía lo hacía tímidamente, para no molestar a quienes al igual que una, iban a
relajarse ante tanta natura.
El bosque, también era la cueva que abrigaba a enamorados famélicos de engullir
sus bocas.
Algunas veces, una quería estar allí por un tiempo infinito, pero tenía que retornar a
los axiomas, el bosque me guiaba por otro camino, uno rodeado de muchas flores y
paredes vegetales, que no era otro, que el ofrecido por los pasillos de componente
docente.
En esos tiempos, no me percaté, de porque la ida y vuelta de los axiomas al bosque,
eran tan distintas.
Con los años comprendí, y me hice sembradora.
8 de noviembre 2021
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