Promesa: decidí dejar crecer mi cabello
hasta poder trenzarlo,
anhelo ver a las hojas que desprenden mis arboles
adornando esa larga trenza
Y como me siento:
soy arbolito
sensible a los vendavales del tiempo
pero bambú,
que por más que se doble jamás se partirá
o quizás, un taparo,
cuya madera decorada de hoyitos y frutos cilíndricos, se entregan en las manos del artesano, para que de rienda suelta a su espíritu creador
ah,
también soy silvestre,
si,
tanto así,
que por más veneno que me echen,
seguiré brotando sobre el inhóspito paraje,
y hasta quizás termine mis días decorando el sendero bañado del mortal asfalto...
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